sábado, 11 de junio de 2011

Un experimento



El otro día hice un caldo de huesos de caña con algunas verduras. No es que me guste mucho este caldo y después del tema de las vacas locas, no había vuelto a hacerlo. Lo dejo muy concentrado y después lo congelo en cubitos y los uso en vez de las pastillitas de caldo.


El caso es que después de colar y enfriar el caldo, la grasa de los huesos, que es muchísima, se queda sólida en la parte de arriba y es muy fácil retirarla. Imagináos lo primero que me vino a la cabeza.....jabón, experimentos...


Había leído que en algunos sitios es muy apreciado el jabón de aceite de pata de buey por sus propiedades contra distintas dolencias de la piel, y pensé (equivocadamente) que podría ser algo parecido a este, ya que los huesos de caña son de la pata de las vacas.Tenía casi 200 gr de grasa amarillenta, que después de colarlo un par de veces más se quedaron en 125, con una consistencia parecida a la manteca de cerdo y un olor a grasa bastante poco agradable, mezclado con el olor a sopa proporcionado por las verduras.


Dicho y hecho. Calculé la sosa necesaria haciendo una media de los índices SAP de las grasas animales, que son todos bastante parecidos y puse 15 gr de sosa para mis 125 gr de grasa. Llegó pronto a la traza aunque esta era muy ligera y no hubo forma de espesarlo más.


El resultado es un jabón bastante blando, blanco y muy poco espumoso. Mi primera impresión es que el jabón es un asco (el olor a grasa y sopa no ayuda mucho) Con el uso, en vez de espuma suelta como agüilla blancuzca y el tacto en las manos es aceitoso, lo cual es raro ya que además pica :(


No es que los jabones de una sola grasa sean demasiado buenos nunca, pero este, en principio y a falta de curado, creo que es de los peores que he visto.

Ya me había advertido Mendru que sus libros viejunos comentaban que el aceite extraído moliendo los huesos se usaba como relleno en jabones de baja calidad


Resumiendo, que como experimento, está bien, pero como jabón, ni os molestéis.

Besos